las palabras brotan de tus brazos
en idiomas convexos de amplia sintonía
futuros sin pasados, presentes imperfectos
verbos nunca evocados, áridas lenguas de fuego
en la inmensidad de cada pasaje
vibra intenso el pensamiento lector
situándose en cada rincón de tu espejo
librando imaginario otra resolución
ardua resulta aquella hermosa tarea
de reír metáforas sin perder métricas
agudas percepciones se manifiestan
en tu pluma de añil, nido de promesas
sabios resultaron aquellos pocos
que dieron fuerza a tus escritos
brindando a tu vigorosa salud
o colmándote de preciosa pena
la esencia de tu bello arte
supera los límites del arco temporal
logrando conocerte en franca demasía
en cada sonrisa se estancará tu mar
a tus pasos dedico estos versos
poeta del alma, poeta del mundo
que das luz en la mañana sombría
y cobijo en el frío desierto
a tus manos que regalan brillosas
la brisa alentadora, el cielo tentador
cortando a tiras la tristeza
despertando el sueño conquistador
en el verdor de las flores renacerá
tu grandeza infinita, tu delicada virtud
derramando mil historias a tu vera
como dijera el gran Bécquer, poesía eres tú.
¿Qué errante laberinto, qué blancura ciega de resplandor será mi suerte, cuando me entregue el fin de esta aventura la curiosa experiencia de la muerte? Quiero beber su cristalino olvido, ser para siempre; pero no haber sido. Jorge Luis Borges.
sábado, diciembre 12, 2009
viernes, septiembre 18, 2009
Cegado
se arroja ante mí en el vacío
la necesidad de romper lazos
y bajar estrellas
y soñar con otros soles
pero el agua sigue helada
los árboles silenciosos
la marejada aún altiva
los anhelos de viejas lágrimas
sucumben en cada esquina
la luz va perdiendo su esplendor
raudas heridas se abren esta noche
nadie habló de un viejo amor
de una triste despedida
ni siquiera una traición
esquivo mi propia mirada
entre ruidos impropios de dolor
cruzando una calle alejada
en los albores del abismo
como si no estuviera cegado
por este rayo ensordecedor
es la lujuria de la miseria
el miedo a la desesperación
teléfonos que siguen sonando
una copa que nunca se llenará
la furia contagiosa que reclama
justicia eterna y libertad
las diferencias surcaron caminos
marcando certeros disparos
hacia las mismas bocas
hacia las mismas conciencias
en una columna de rencores
la ignorancia se convirtió en terror
la lluvia borrará estas letras
pero en otra historia seré
el aire que respiran las sombras
una canción que aún resuena
la sangre que corre por las venas
del que camina sin temor
a perderse y a ser perdido
la necesidad de romper lazos
y bajar estrellas
y soñar con otros soles
pero el agua sigue helada
los árboles silenciosos
la marejada aún altiva
los anhelos de viejas lágrimas
sucumben en cada esquina
la luz va perdiendo su esplendor
raudas heridas se abren esta noche
nadie habló de un viejo amor
de una triste despedida
ni siquiera una traición
esquivo mi propia mirada
entre ruidos impropios de dolor
cruzando una calle alejada
en los albores del abismo
como si no estuviera cegado
por este rayo ensordecedor
es la lujuria de la miseria
el miedo a la desesperación
teléfonos que siguen sonando
una copa que nunca se llenará
la furia contagiosa que reclama
justicia eterna y libertad
las diferencias surcaron caminos
marcando certeros disparos
hacia las mismas bocas
hacia las mismas conciencias
en una columna de rencores
la ignorancia se convirtió en terror
la lluvia borrará estas letras
pero en otra historia seré
el aire que respiran las sombras
una canción que aún resuena
la sangre que corre por las venas
del que camina sin temor
a perderse y a ser perdido
martes, septiembre 15, 2009
Hoy
no es un día perdido en mis ojos
tampoco deja sin pintar los cielos
pero se distingue en la gris rutina
de pasar sintiéndose pasado
se acerca la brisa hasta mis pies
viento de flores, lunas y voces
bajo un dulce reparo de agosto
la energía inunda mi despertar
ya no hay ruidos ni antiguos fantasmas
el agua de mi fuente comienza a brotar
uniendo mis manos voy tomando vida
colmando de a poco la impureza de mi sed
se luce con su presencia al pasar
la orilla insomne de un mar veloz
jugando con mi sombra casi inerte
besando el suelo con inesperada emoción
quedaron atrás imágenes de calendarios
hoy es mi historia, mi ser y mi mañana
solo este día será el recuerdo hecho promesa
de sentirme libre surcando fronteras
y quebrar al fin las cadenas del destino.
tampoco deja sin pintar los cielos
pero se distingue en la gris rutina
de pasar sintiéndose pasado
se acerca la brisa hasta mis pies
viento de flores, lunas y voces
bajo un dulce reparo de agosto
la energía inunda mi despertar
ya no hay ruidos ni antiguos fantasmas
el agua de mi fuente comienza a brotar
uniendo mis manos voy tomando vida
colmando de a poco la impureza de mi sed
se luce con su presencia al pasar
la orilla insomne de un mar veloz
jugando con mi sombra casi inerte
besando el suelo con inesperada emoción
quedaron atrás imágenes de calendarios
hoy es mi historia, mi ser y mi mañana
solo este día será el recuerdo hecho promesa
de sentirme libre surcando fronteras
y quebrar al fin las cadenas del destino.
miércoles, septiembre 02, 2009
Corrían
no eran dos desconocidos
(por lo menos no para mí)
jugando con el miedo
perdiendo en la distancia
lo que no debían sentir
bajo la lluvia caminaron
sin reparar en las horas
distantes pero puntuales
abriendo las puertas de un cielo
cubierto aún de nostalgia
nunca tuvieron la necesidad
de sentirse lejos del mundo
porque nunca fueron parte de él
cambiaron el rumbo y su suerte
ya no anida en lágrimas ajenas
alargando la espera y la risa
bajando el telón del atardecer
dieron forma a la estrategia
en un rincón del silencio
callaron cómplices su deseo
fue un abril intenso
las hojas despuntaban su verdor
y ellos día tras día ,
sin saber lo que sería de sus noches,
corrían detrás del amor.
(por lo menos no para mí)
jugando con el miedo
perdiendo en la distancia
lo que no debían sentir
bajo la lluvia caminaron
sin reparar en las horas
distantes pero puntuales
abriendo las puertas de un cielo
cubierto aún de nostalgia
nunca tuvieron la necesidad
de sentirse lejos del mundo
porque nunca fueron parte de él
cambiaron el rumbo y su suerte
ya no anida en lágrimas ajenas
alargando la espera y la risa
bajando el telón del atardecer
dieron forma a la estrategia
en un rincón del silencio
callaron cómplices su deseo
fue un abril intenso
las hojas despuntaban su verdor
y ellos día tras día ,
sin saber lo que sería de sus noches,
corrían detrás del amor.
lunes, agosto 24, 2009
Detrás
como sonrisa de vieja postal
como un abril perfumado
como lágrimas de agua clara
como dos espejos azulados
como el ruido de Occidente
como la luna que no llena
como un velero en el río
como estandarte de la pena
como silueta en la penumbra
como promesa de estación
como una cálida brisa
como alivio a la desazón
como una playa desierta
como el punto sobre el final
como esta costumbre de evocarte
como una experiencia irreal
como el anhelo de libertad
como las huellas de mis pasos
como aquel absurdo motivo
como tu historia y mi fracaso
como la última noche de invierno
como risas de complicidad
como esperanza en estado puro
como herida que acecha a la verdad
como eso y mucho más me siento
como para escribir mil comos más
como sabiendo que este día vendría
¿cómo sería mi suerte, si estuvieras detrás?
como un abril perfumado
como lágrimas de agua clara
como dos espejos azulados
como el ruido de Occidente
como la luna que no llena
como un velero en el río
como estandarte de la pena
como silueta en la penumbra
como promesa de estación
como una cálida brisa
como alivio a la desazón
como una playa desierta
como el punto sobre el final
como esta costumbre de evocarte
como una experiencia irreal
como el anhelo de libertad
como las huellas de mis pasos
como aquel absurdo motivo
como tu historia y mi fracaso
como la última noche de invierno
como risas de complicidad
como esperanza en estado puro
como herida que acecha a la verdad
como eso y mucho más me siento
como para escribir mil comos más
como sabiendo que este día vendría
¿cómo sería mi suerte, si estuvieras detrás?
domingo, agosto 16, 2009
Mi primer cuento: El elegido.
El minuto más corto de su vida había pasado así, ante sus ojos todavía turbios y convulsionados. No hubo reacción trivial, ni nada que se le parezca; sólo un gesto adusto, una ágil media vuelta y a caminar. Intentaba acomodar sus pensamientos de alguna manera al menos comprensible, mientras la lluvia y el intenso tráfico hacían aún menos presurosa su marcha.
Caminó alrededor de cuatro cuadras sin saber hacia donde se dirigía, hasta que se detuvo en el toldo de un almacén, aprovechó para ingresar y compró una caja de fósforos. Al salir, prendió un cigarro cubano, regalo de un amigo de la infancia, y trató de rememorar cual era su destino inmediato. "La plaza Garibaldi, justo enfrente de la casa de Don Fulgencio" recordó. Hacia allí se dirigió, empapado por la lluvia y confundido por la situación.
Nunca fue un hombre ejemplar, de esos que se destacan por sobre el resto; algunas veces lo oyeron decir que su destino errante se debía a una ironía de la vida, no a su forma de vivir. Llevaba sus cuarenta y nueve años en el bolsillo, un poco golpeados por el trajín de un camino lleno de piedras. De barba cansada y ojos rasgados, con convicciones firmemente arraigadas, fue zurciendo con el hilo del azar su propia historia, esa que hoy me toca contar.
Sus años se consumían entre bares y esquinas,en los suburbios de una ciudad que visiblemente ya no es la misma que él recuerda haber transitado alguna vez (o al menos eso creyó).
Dirigiendo su marcha hacia la plaza, pudo observar a su alrededor, como detenido en el tiempo, a la gente caminar a su lado con paso ligero, los autos compitiendo en una carrera sin sentido ni final, los relojes diagramando los próximos segundos, porque todo era cuestión de aprovechar el momento inmediato, no habia pausa ni después; pero no sólo eso: también pudo observar la magia de las nubes que anuncian la calma, acariciar la silueta del viento con sus manos,sentir aroma a café recién molido y perderse en los grandes ventanales que pronto reflejarían un arco iris en todo su esplendor. Simplemente atinó a pensar que no era necesario recorrer grandes distancias para viajar con los sentidos, todo estaba ahí, delante de su existencia, lejos del olvido.
Decidió pasar a saludar a su querido Don Fulgencio antes de concretar la cita en la plaza. Golpeó repetidas veces la puerta negra y desvencijada de su caserón, pero nadie atendió.Con un poco de tristeza se acercó hacia la casa de al lado, y preguntó por su paradero .Una amable anciana le respondió: Fulgencio falleció esta mañana. -Gracias por la información
señora, me lo temía- replicó. Ante el afligido rostro de la mujer, el hombre cruzó la calle y luego de dar un pequeño paseo, se acomodó en un banco húmedo y desprolijo que alguna vez fue verde.
Miró distraídamente un recorte de diario que encontró en el piso, y cruzó sus piernas. En ese preciso momento, una mujer elegante pero sencilla, de tez pálida y de rubia cabellera, se sentó a su lado.
-Perdón por la demora.Vengo a buscarte, como habíamos acordado.- dijo ella con dulce pero enérgica voz.
-Ya lo sé, sólo que no tuve tiempo de despedirme. En fin, ya no hay nada que pueda hacer.-rezó el hombre, cansado y algo aturdido.
Partieron así con destino incierto, mientras la lluvia amainaba en la ciudad.
Ya era tarde para valorar los pequeños detalles que lo rodearon durante su penosa estadía; no importó su nombre, su patria o su credo.
Diecisiete minutos antes, la revelación se había consumado. Era el elegido.
Caminó alrededor de cuatro cuadras sin saber hacia donde se dirigía, hasta que se detuvo en el toldo de un almacén, aprovechó para ingresar y compró una caja de fósforos. Al salir, prendió un cigarro cubano, regalo de un amigo de la infancia, y trató de rememorar cual era su destino inmediato. "La plaza Garibaldi, justo enfrente de la casa de Don Fulgencio" recordó. Hacia allí se dirigió, empapado por la lluvia y confundido por la situación.
Nunca fue un hombre ejemplar, de esos que se destacan por sobre el resto; algunas veces lo oyeron decir que su destino errante se debía a una ironía de la vida, no a su forma de vivir. Llevaba sus cuarenta y nueve años en el bolsillo, un poco golpeados por el trajín de un camino lleno de piedras. De barba cansada y ojos rasgados, con convicciones firmemente arraigadas, fue zurciendo con el hilo del azar su propia historia, esa que hoy me toca contar.
Sus años se consumían entre bares y esquinas,en los suburbios de una ciudad que visiblemente ya no es la misma que él recuerda haber transitado alguna vez (o al menos eso creyó).
Dirigiendo su marcha hacia la plaza, pudo observar a su alrededor, como detenido en el tiempo, a la gente caminar a su lado con paso ligero, los autos compitiendo en una carrera sin sentido ni final, los relojes diagramando los próximos segundos, porque todo era cuestión de aprovechar el momento inmediato, no habia pausa ni después; pero no sólo eso: también pudo observar la magia de las nubes que anuncian la calma, acariciar la silueta del viento con sus manos,sentir aroma a café recién molido y perderse en los grandes ventanales que pronto reflejarían un arco iris en todo su esplendor. Simplemente atinó a pensar que no era necesario recorrer grandes distancias para viajar con los sentidos, todo estaba ahí, delante de su existencia, lejos del olvido.
Decidió pasar a saludar a su querido Don Fulgencio antes de concretar la cita en la plaza. Golpeó repetidas veces la puerta negra y desvencijada de su caserón, pero nadie atendió.Con un poco de tristeza se acercó hacia la casa de al lado, y preguntó por su paradero .Una amable anciana le respondió: Fulgencio falleció esta mañana. -Gracias por la información
señora, me lo temía- replicó. Ante el afligido rostro de la mujer, el hombre cruzó la calle y luego de dar un pequeño paseo, se acomodó en un banco húmedo y desprolijo que alguna vez fue verde.
Miró distraídamente un recorte de diario que encontró en el piso, y cruzó sus piernas. En ese preciso momento, una mujer elegante pero sencilla, de tez pálida y de rubia cabellera, se sentó a su lado.
-Perdón por la demora.Vengo a buscarte, como habíamos acordado.- dijo ella con dulce pero enérgica voz.
-Ya lo sé, sólo que no tuve tiempo de despedirme. En fin, ya no hay nada que pueda hacer.-rezó el hombre, cansado y algo aturdido.
Partieron así con destino incierto, mientras la lluvia amainaba en la ciudad.
Ya era tarde para valorar los pequeños detalles que lo rodearon durante su penosa estadía; no importó su nombre, su patria o su credo.
Diecisiete minutos antes, la revelación se había consumado. Era el elegido.
martes, agosto 11, 2009
Luces de marfil
no es necesario decir
que nos arrepentimos de todo
para asumir la consecuencia
de lo etéreo, de lo vacuo
si se perdiese entre mis manos
lo que quedaba por decir
o si las palabras solas
no alcanzaran como promesas
dejaría en otra voz el ruido
por una razón al menos austera
pero realmente no tiene sentido
en esta oración sin creencia
breve en espacio y en esencia
un fulgor nos atraviesa
llueven luces de marfil
sobre nuestras heridas abiertas
y en ese instante de temor
florecerán sueños y miserias
escondidos bajo la alquimia
queriendo unir cielo y tierra.
que nos arrepentimos de todo
para asumir la consecuencia
de lo etéreo, de lo vacuo
si se perdiese entre mis manos
lo que quedaba por decir
o si las palabras solas
no alcanzaran como promesas
dejaría en otra voz el ruido
por una razón al menos austera
pero realmente no tiene sentido
en esta oración sin creencia
breve en espacio y en esencia
un fulgor nos atraviesa
llueven luces de marfil
sobre nuestras heridas abiertas
y en ese instante de temor
florecerán sueños y miserias
escondidos bajo la alquimia
queriendo unir cielo y tierra.
domingo, agosto 02, 2009
Efímero
esta mañana desperté
sobresaltado y algo perdido
vi pasar coches, calles y esquinas
vi luces de oficina, vi mujeres de blanco
vi sentado en un banco
a un anciano falto de alegría
su vida,retrato de una ironía
que encuentra un triste soñador
despojado ya de amor
llevando a cuestas su historia
¡Qué cerca estuvo la victoria
de acariciar sus manos frías!
y así fueron callando los días
sin saber el destino de su esencia
me bastó tener su sola presencia
para entender lo efímero de las horas
partiendo así, sin absurdas demoras
hacia un ansiado paraíso
sólo que antes la suerte quiso
acercarlo a esta travesía
una paradoja, una fantasía
lleva escrita algo más que verdad
descubrir la fórmula de la felicidad
muchas veces nos cuesta la agonía
llegó la noche y me perseguía
el insomnio creyendo en la enseñanza
muchas veces la esperanza
está tan solo debajo de mis pies.
sobresaltado y algo perdido
vi pasar coches, calles y esquinas
vi luces de oficina, vi mujeres de blanco
vi sentado en un banco
a un anciano falto de alegría
su vida,retrato de una ironía
que encuentra un triste soñador
despojado ya de amor
llevando a cuestas su historia
¡Qué cerca estuvo la victoria
de acariciar sus manos frías!
y así fueron callando los días
sin saber el destino de su esencia
me bastó tener su sola presencia
para entender lo efímero de las horas
partiendo así, sin absurdas demoras
hacia un ansiado paraíso
sólo que antes la suerte quiso
acercarlo a esta travesía
una paradoja, una fantasía
lleva escrita algo más que verdad
descubrir la fórmula de la felicidad
muchas veces nos cuesta la agonía
llegó la noche y me perseguía
el insomnio creyendo en la enseñanza
muchas veces la esperanza
está tan solo debajo de mis pies.
martes, julio 21, 2009
Frenesí
una montaña de papeles viejos
desordenados casi con sutileza
notaron su desgarradora presencia
soledad invernal bajo sus pliegues
rincón ennegrecido por el humo
de bares, noches y excesos
que se declara fiel testigo
de la espera hecha ceniza
sistemáticamente me pierdo
en razones desvariadas
quizá un poco de piedad
necesite este frenesí
no existe lugar para el olvido
en este costado del mundo
siendo sólo un punto en la línea
de un anacrónico recorrido
pero aún así levanto
mis manos en señal de certeza
hacia el que me ve
para que encuentre mi mirada
hacia el que desespera
para que conserve su paciencia
hacia el mismísimo cielo
para que eleve estas palabras
y regale consuelo a la razón.
desordenados casi con sutileza
notaron su desgarradora presencia
soledad invernal bajo sus pliegues
rincón ennegrecido por el humo
de bares, noches y excesos
que se declara fiel testigo
de la espera hecha ceniza
sistemáticamente me pierdo
en razones desvariadas
quizá un poco de piedad
necesite este frenesí
no existe lugar para el olvido
en este costado del mundo
siendo sólo un punto en la línea
de un anacrónico recorrido
pero aún así levanto
mis manos en señal de certeza
hacia el que me ve
para que encuentre mi mirada
hacia el que desespera
para que conserve su paciencia
hacia el mismísimo cielo
para que eleve estas palabras
y regale consuelo a la razón.
martes, junio 30, 2009
lunes de ciudad
lunes de ciudad
no quiebran el espejismo
sobre las luces de oficina
que despiertan del letargo
las horas de vigilia
quedan súbitamente detrás
el cielo se cubrió de dudas
gris de ausencia en los rostros
que nublaron la ilusión
los lunes generan,por cierto,
una sensación encontrada
entre la desazón y la rutina
que me impulsa a detenerme
en un andén abandonado
a contemplar esta verdad
una mera ilusión
suele ser escapar de la trampa
que nos distrae de la vida,
ida y vuelta a ningún lugar.
no quiebran el espejismo
sobre las luces de oficina
que despiertan del letargo
las horas de vigilia
quedan súbitamente detrás
el cielo se cubrió de dudas
gris de ausencia en los rostros
que nublaron la ilusión
los lunes generan,por cierto,
una sensación encontrada
entre la desazón y la rutina
que me impulsa a detenerme
en un andén abandonado
a contemplar esta verdad
una mera ilusión
suele ser escapar de la trampa
que nos distrae de la vida,
ida y vuelta a ningún lugar.
miércoles, junio 10, 2009
Historia en siete estrofas
I
un café, la calle vacía y el bar
donde cargué con penas y glorias
ese lugar donde la memoria
no fallaba para recordar
II
una vez le conté una historia
que siempre decía no poder olvidar
una que hablaba de buscar
a cada paso la victoria.
III
ese viernes llovió como si fuera
la última gran lágrima del cielo
y caminando nos encontró el desvelo
del amor por vez primera
IV
ella venía triste y cansada
de sus errores en esta vida
quizá solo estuvo escondida
bajo sus cuentos de hadas
V
mis días eran papeles
que no podían ser llenados
sin saber que estaba equivocado
cubriendo de pena los manteles
VI
y como olvidar esa noche
donde escuchaste mi confesión
y te entregué mi corazón
sin silencios ni reproches
VII
así estoy, cerrando una herida
(sin querer la nostalgia me abraza)
y si bien sé que todo pasa
hay cosas que nunca se olvidan.
un café, la calle vacía y el bar
donde cargué con penas y glorias
ese lugar donde la memoria
no fallaba para recordar
II
una vez le conté una historia
que siempre decía no poder olvidar
una que hablaba de buscar
a cada paso la victoria.
III
ese viernes llovió como si fuera
la última gran lágrima del cielo
y caminando nos encontró el desvelo
del amor por vez primera
IV
ella venía triste y cansada
de sus errores en esta vida
quizá solo estuvo escondida
bajo sus cuentos de hadas
V
mis días eran papeles
que no podían ser llenados
sin saber que estaba equivocado
cubriendo de pena los manteles
VI
y como olvidar esa noche
donde escuchaste mi confesión
y te entregué mi corazón
sin silencios ni reproches
VII
así estoy, cerrando una herida
(sin querer la nostalgia me abraza)
y si bien sé que todo pasa
hay cosas que nunca se olvidan.
martes, mayo 19, 2009
Ficcional
algunas veces suelo sentir
un deja-vú tan presente
que se repite cada noche
de una manera incoherente
extraviado cobardemente
en un mar abierto por la duda
me encontré frente a frente
con mi faceta mas oscura
sin vestigios de cursilería
me arrimé a su lado cual juego
y bajo un trivial pretexto
me sumergí en un oscuro fuego
la reacción fue vanal
o tristemente ficcional
llevándome hacia la hondura
de la locura y el mal
un deseo tan austero
sólo se llamó a silencio
un anhelo casi inconciente
enmudeció el grito supremo
al querer sin descifrar
al correr sin esperar
al buscar a cada paso,
lo intangible del amor.
un deja-vú tan presente
que se repite cada noche
de una manera incoherente
extraviado cobardemente
en un mar abierto por la duda
me encontré frente a frente
con mi faceta mas oscura
sin vestigios de cursilería
me arrimé a su lado cual juego
y bajo un trivial pretexto
me sumergí en un oscuro fuego
la reacción fue vanal
o tristemente ficcional
llevándome hacia la hondura
de la locura y el mal
un deseo tan austero
sólo se llamó a silencio
un anhelo casi inconciente
enmudeció el grito supremo
al querer sin descifrar
al correr sin esperar
al buscar a cada paso,
lo intangible del amor.
lunes, abril 06, 2009
Imprudencia
lluvia bajo mis pasos
sombras en los rincones
y un andar desvelado
de noches sin emociones.
quizá tarde en encontrar
la única respuesta plausible
a este ambiguo dilema
que me mantiene impasible
ya guardé los cuadros del olvido
bajo las cortinas del ocaso
cayendo lentamente están los días
sin noción de victoria o fracaso
si bien no encuentro razones
para delinear un nuevo poema
papel y tinta de por medio
me veo esbozando otro esquema
quizá tarde en descubrir
en estas letras la imprudencia
o el solo hecho de buscar
el polo opuesto de la incoherencia.
sombras en los rincones
y un andar desvelado
de noches sin emociones.
quizá tarde en encontrar
la única respuesta plausible
a este ambiguo dilema
que me mantiene impasible
ya guardé los cuadros del olvido
bajo las cortinas del ocaso
cayendo lentamente están los días
sin noción de victoria o fracaso
si bien no encuentro razones
para delinear un nuevo poema
papel y tinta de por medio
me veo esbozando otro esquema
quizá tarde en descubrir
en estas letras la imprudencia
o el solo hecho de buscar
el polo opuesto de la incoherencia.
lunes, febrero 23, 2009
Eco
reflejos de una rara sensación
encontrar en cada huella una señal
perder la noción del tiempo
quizá no sea tan irreal
sólo sé que puedo hablar
de recuerdos tácitamente intactos
sin reparar en esta conciencia
que no estima el valor de mis actos
es tan simple imaginar
que sería en otra vida,
es tan incierto el porvenir
como el destino de esta poesía
a pesar de mi fragilidad
no será cobarde el silencio
en el eco de mis palabras,
en la inmensidad de este cielo.
encontrar en cada huella una señal
perder la noción del tiempo
quizá no sea tan irreal
sólo sé que puedo hablar
de recuerdos tácitamente intactos
sin reparar en esta conciencia
que no estima el valor de mis actos
es tan simple imaginar
que sería en otra vida,
es tan incierto el porvenir
como el destino de esta poesía
a pesar de mi fragilidad
no será cobarde el silencio
en el eco de mis palabras,
en la inmensidad de este cielo.
martes, enero 06, 2009
En lo profundo del corazón
si sólo hablamos por hablar
es claro y fácil decir
que el amor que siempre espero
muy pronto ha de venir,
pero nunca basta con el deseo
porque es necesario algo más,
y no se si eso que falta
realmente lo pueda encontrar.
no te entrego palabras vanas
que no tienen dueño ni lugar,
sólo doy lo poco que tengo
todo mi tiempo y mis ganas de cambiar...
no me encuentro en tus canciones
pero al final me podrás buscar
en los versos que te escribo
sabiendo que allí me suelo ocultar.
si pudiera al silencio escuchar
entendería la razón
por la que se pierden los secretos
en lo profundo del corazón
pero nunca alcanza con la codicia
de una tarde sin soledad,
la melancolía avanza su paso
y nos deja a solas con la verdad
no te entrego palabras vanas
que no tienen dueño ni lugar,
sólo doy lo poco que tengo
todo mi tiempo y mis ganas de cambiar...
la melancolía avanza su paso
y nos deja a solas con la verdad,
con la verdad...
es claro y fácil decir
que el amor que siempre espero
muy pronto ha de venir,
pero nunca basta con el deseo
porque es necesario algo más,
y no se si eso que falta
realmente lo pueda encontrar.
no te entrego palabras vanas
que no tienen dueño ni lugar,
sólo doy lo poco que tengo
todo mi tiempo y mis ganas de cambiar...
no me encuentro en tus canciones
pero al final me podrás buscar
en los versos que te escribo
sabiendo que allí me suelo ocultar.
si pudiera al silencio escuchar
entendería la razón
por la que se pierden los secretos
en lo profundo del corazón
pero nunca alcanza con la codicia
de una tarde sin soledad,
la melancolía avanza su paso
y nos deja a solas con la verdad
no te entrego palabras vanas
que no tienen dueño ni lugar,
sólo doy lo poco que tengo
todo mi tiempo y mis ganas de cambiar...
la melancolía avanza su paso
y nos deja a solas con la verdad,
con la verdad...
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