transcribo
las falsas últimas partes
del recuerdo
sin el coraje necesario
para derribar a los sentidos
cuando todo lo que sobra
nos falta los domingos,
en el abrazo partido
y la sonrisa deshojada,
en la breve primavera
que brillaba,
en nuestro río
que encontró tormentas
cargadas de frío
en un alma sin descanso,
con el otoño en las manos
y el corazón entumecido
recuerdo
el momento
y no distingo
el sustento de los días
o este otoño sin abrigo
hoy estrellas fugaces
arderán en un cielo
que ya habré visto
sobre mi ventana,
esa misma
que no conoce
de rutinas
ni de hastío.