martes, agosto 27, 2013

Tengo

Tengo un cuento sin final
guardado en el relicario,
mil abrigos sin armario
y algún desierto de sal

tengo tanto corazón
desarmado en estribillos
que escribí sin mucho brillo
esperando sean canción

tengo noches sin dormir
que me esperan impacientes,
y reuniones pendientes
con mis sueños por cumplir

tengo lluvia en el umbral
y muchos discos de Juárez,
costumbre de aquellos bares
cercanos al arenal

tengo tiempo al caminar
mientras detengo mis pasos
y observo que los fracasos
ya no pesan en mi andar

tengo energía en mi voz
y los días que se vienen
van volando porque tienen
certeza de irse con vos.

sábado, julio 06, 2013

Las cosas sin decir.

Hacé una pausa
y no me cuentes
de los malos días
de los desencantos
que guardan dudas
en los paredones,
no desaparezcas
de mi sueño profundo
y que el sol siga siendo
cómplice de tu sombra.

Dejá que te murmure
una frase desatinada
que te robé en la madrugada
y que ahora es mi compañía,
mientras dibujo tu risa
y te pienso otra vez.

Despejemos la niebla
que se acerca en la mañana
y así podremos jugar
a contarnos esta historia
a ser uno en dos mitades
a equivocarnos a raudales
a la aventura de cada día
a despertarnos, siempre iguales
pero soñando todavía.

Despertame, por favor
temo quedarme dormido
cada noche en el camino
de las cosas sin decir.

miércoles, abril 03, 2013

Días de marea

Días de marea
cuando se comprime la suerte
cuando se ayuhenta la pasión
en la prisa y en la rutina
del mismo reloj a cuestas
somos presos, vos y yo

del deseo en nuestros ojos
en la necesidad latente
de construir las noches
de bifurcar los senderos
renombrando calles desiertas
para cubrirlas de sol

de encontrarnos solamente
con el viento alrededor
de mirarnos frente a frente
y encender una luz clara
que ilumine aquel verdor

y que no medien palabras
ni disculpas, ni horarios
ni recuerdos temerarios
bajo la brisa incesante;
perdernos por un instante
al reparo de la sensación.

lunes, enero 28, 2013

Al universo.


La finitud de las horas,
la incertidumbre forjada,
la luz surcando mis ojos.

La evocación certera del olvido,
la inconstante prisa,
la impenetrable ausencia.

Un concierto tenue de verano,
un tesoro ajeno de escaso valor,
un deseo eterno y efímero.

Un extraño presentimiento,
un disparo en la madrugada,
un árbol que desprende sus hojas.

Los amores que no se entregaron,
los tímidos destellos de gracia,
los libros inundados de palabras.

Los lados ocultos de la resignación,
los caminos nunca antes bifurcados,
los muertos que esperan en una estrella.

Cada barco que atraviesa el mar,
cada espina clavándose en el vacío,
cada lugar anhelado y distante.

Cada estrategia sentida y absurda,
cada respuesta que se hace puente,
cada pensamiento crea al universo.