guardado en el relicario,
mil abrigos sin armario
y algún desierto de sal
tengo tanto corazón
desarmado en estribillos
que escribí sin mucho brillo
esperando sean canción
tengo noches sin dormir
que me esperan impacientes,
y reuniones pendientes
con mis sueños por cumplir
tengo lluvia en el umbral
y muchos discos de Juárez,
costumbre de aquellos bares
cercanos al arenal
tengo tiempo al caminar
mientras detengo mis pasos
y observo que los fracasos
ya no pesan en mi andar
tengo energía en mi voz
y los días que se vienen
van volando porque tienen
certeza de irse con vos.