jueves, junio 02, 2011

A oscuras.

El murmullo ajeno en una esquina
segundos inertes de luces rojas
que no caben en besos ni en hojas
donde suelen clavarse las espinas



que calan hondo en un cuerpo herido
por el filo de una noche desvelada
donde la primavera inmaculada
guardó en su ausencia algo perdido



como en los días grises de bruma
que descargan su vapor aún viciado
entre las calles, el coraje desahuciado
sobre las flores que ya no perfuman



el aire que suspira la esencia
en la sonrisa eterna, irreverente
y el dolor final quizá conciente
de la finitud de su presencia



como estos ríos azules de tinta
que fluyen y se deslizan aquí a mi vera
como esta historia de la espera
sobre el cuadro que hoy se pinta



con un rostro sin color ni figura
que despeje la incertidumbre
y yo que mantengo la costumbre
de caminar solo y a oscuras.

martes, enero 18, 2011

Matices

habría que verse a sí mismo
vestido o desnudo
vital o apagado
cerrado o abierto
enérgico o cansado
partido o entero
dormido o despierto
para entender que la vida
no es un código binario
de unos o ceros, blancos o negros
los grises terminan dominando
nuestras acciones sin pensarlo

no es la vida ni la muerte
no es el hombre ni su sombra
es tan sólo una idea perdida
bajo el umbral de los matices.

domingo, enero 09, 2011

Pasajero

mi corazón y una brisa de verano
solían decirse cosas al oído
conversaciones casi inaudibles
bajo la inmensa agonía del tiempo

parece que ya se han olvidado
del peligro, de su suerte
(los vientos aún arrastran
la espesa bruma del temor)

conservan cada madrugada
aquellas flores prometidas
al invierno y al amor
al destino y a sus ríos

no asumieron aún el valor
de aquel fuego crepitando
la misma furia inquisidora,
el interrogante hecho deseo

y al juzgarse inconfundibles
pierden la esencia de su vuelo
la fragilidad siempre acecha
implacable sobre sus sombras

quizá despejen sus dudas
comprendiendo sólo un sueño:
el encanto más profundo
es viajar y saberse pasajero.