de un verde avinagrado,
quizá herida por el tiempo
y arrojada por extraños
que no hurgaron por dentro
ni siquiera con sus huellas
para encontrar desarmado
de algún relato,
el fragmento:
"Seis de enero
de mil novecientos setenta y cuatro.
Te abrazo sin cuerpo
y te espero sin tiempo.
Te lloro sin llanto,
y te busco en el sueño."
No hay comentarios.:
Publicar un comentario