Brindé con torpeza
en la noche del mar
que templaba el verano,
burlando a un destino
que hacía remolinos
en mi calma interior
hubo ruido, luces, nombres
y tanta algarabía
de efímera asunción
transcurriendo, allí, en el norte
que empecé a desconectarme
de mi trémula intuición
en la huída de la arena
con mis desahuciados pies
vi dormir a la luna en el agua
y me vi también
adormecer.
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